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México en una semana

Agregue, quite o reordene las imágenes del siguiente registro paisajístico, que no respeta un orden cronológico de los días, pero que condensa estampas recogidas entre el 1 y el 8 de diciembre en México. No son sucesos únicos ni asilados, pues todos se encuadran en procesos de vienen de lejos y que continuarán su curso. Es una semana común, que para las nuevas costumbres nacionales no tienen nada de excepcional. Los temas no están elegidos al azar, aunque algunos sean azarosos, y tienen hilos comunes, una lectura de conjunto. No hay referencias, ni ligas, ni demasiados datos para no interrumpir las pinceladas, pero tampoco hay nada que no corresponda a las fuentes correspondientes disponibles al 9 de diciembre.

Escrito por:  Enrique Provencio D.

Estudiantes, campesinos y cobro de tierra

Cinco estudiantes de medicina asesinados en Guanajuato estuvieron dentro de los 620 homicidios semanales (con el promedio de 2023). Tienen rostro y nombre, tienen historia. Ya no tienen vida ni futuro. Unos estaban por terminar los estudios. Son un eslabón en la cadena de jóvenes muertos, en ese y muchos otros estados, una fracción de los poco más de 6500 que fallecieron por esa causa el año pasado y que tenían entre 15 y 24 años. El Presidente, a saber con que pruebas pero reconociendo que era hipotético, dijo, sin más, que les ocurrió por andar comprando drogas en territorio de otra banda, elude los hechos de fondo, e insiste que somos productores, no consumidores de drogas. Fue su culpa, pues. Autoridades locales lo desmienten, muchos reclaman el ejercicio de revictimización, el Gobernador promete investigar.

En el pueblo de Texcapilla, municipio de Texcaltitlán, EDOMEX, unos “presuntos” delincuentes llegan a recoger el cobro de piso. En este caso, literalmente, el cobro de tierra: $1 por M2, es decir, $10,000 por hectárea,  a unos campesinos y estos los rechazan. Fue mucho más que una trifulca: diez de los extorsionadores mueren a palos y machetazos, y cuatro lugareños por disparos de los “presuntos”.  14 muertos en unos cuantos minutos, más los heridos. Esto es preliminar, claro, como todo es supuesto o es presunto. Todo queda grabado desde unas ventanas de segundo piso y las terribles escenas circulan masivamente. Unos testimonios dicen que fue una niña, caminando entre los cadáveres, la que identificó al cabecilla de los extorsionadores, el Payaso.

De entre las reacciones en la red X, la mayor parte destaca la valentía de los campesinos que se defendieron solos, y/o acusan la desprotección por parte de las autoridades, que tenían antecedentes de la indefensión que se vivía en el poblado, otras llaman carroñeros a los que reclaman a las autoridades. Algunas más destacan la generalizada pérdida o debilitamiento del control estatal del territorio, y de la masiva extorsión cotidiana, sea a vendedores de pollos, fabricantes, comerciantes, hoteleros, transportistas, y así con todos los sectores, subsectores, ramas y clases de actividad que se quieran, con todo el catálogo SCIAN en todo el país, pues. Predomina el encomio a los que tomaron la justicia por sus propias manos, porque tuvieron muchos tanates, dicen.

Ese mismo día y en la misma entidad el Presidente y la Gobernadora supervisaron programas sociales, y ella dio a conocer en la Mesa de Coordinación para la Construcción de la Paz una baja del 8.2 por ciento en la cifra de delitos de alto impacto durante el año. La Gobernadora y los jefes de seguridad aseguran que todo será investigado, todos serán protegidos, y pide la presencia del Ejército y la Guardia Nacional. El secretario de seguridad apunta que los sicarios, de mediano nivel, eran de afuera. Al día siguiente de los hechos, el Presidente se molesta cuando le piden opinión de los hechos, y refiriéndose a los mismos, en Guerrero dice una vez más que en el pasado los gobiernos solo llamaban ninis a los jóvenes que ni estudian ni trabajan pero nunca los atendieron.

Postrauma y olvido progresivo: Acapulco

En Acapulco se sigue buscando a pobladores desaparecidos en el huracán Otis, incluso por parte de la Secretaría de Marina, porque algunos de sus integrantes no han sido encontrados. No termina el recuento de desaparecidos, pero ya empezó la fase del olvido progresivo, aunque se haya tratado de una catástrofe.

A mes y medio del impacto, a principios de diciembre, la atención sobre el tema ya no llegaba ni al diez por ciento de la que recibió entre el 25  de octubre y el 5 de noviembre. Mientras aumentan los casos de dengue, que ya estaban en más de 260 en Acapulco y en Coyuca. La limpieza y la entrega de despensas y electrodomésticos (buena parte de ellos encargados a China) acaparan la ayuda, y el reforzamiento de las fuerzas federales, más de 28,000 elementos, buscan controlar el desorden y la inseguridad, mientras se manifiesta ruidosa o silenciosamente el postrauma social.

Un dirigente empresarial dice que no se han concretado los apoyos financieros anunciados a principios de noviembre por parte de NAFIN, y que piensa que tardarán mucho en lograrse porque la institución no tiene facultades para aportar fondos a tasa cero o a fondo perdido, y que están emigrando muchos trabajadores, lo que da continuidad al éxodo acapulqueño que ya había iniciado desde la década pasada. Pide extender plazos de exención de pagos de servicios públicos, porque el fijado originalmente es insuficiente. Las evaluaciones siguen en proceso y falta tiempo para saber cuánto costará la recuperación de daños, aunque solo sean los materiales, pero las estimaciones fluctúan entre 250 y 200 mil millones de pesos, para los que no parece haber fondos disponibles suficientes en los próximos años, ni públicos ni privados.

El Gobierno Federal anunció por fin las sedes o macrocentros, que serán 29, para iniciar la distribución de apoyos para casas y locales, y se fijó un nuevo compromiso de construir o reconstruir 250,000 viviendas antes del 1º de octubre de 2024. Del avance general del programa de atención no se sabe mucho, el Sistema Nacional de Protección Civil luce desplazado por su débil capacidad de respuesta. Se informó que la reconstrucción está “bastante avanzada” aunque no termina de restablecerse el sistema eléctrico. Las actividades básicas se reaniman e incluso operan hoteles, sobre todo para alojar personal de apoyo, y hasta se adelantan convenciones para el primer semestre de 2024.

La reconstrucción será más prolongada que lo previsto, dicen las personas que conocen a fondo el tema, que son muy pocas. Mientras, allá lejos, en Dubái, el mundo discute el telón de fondo de los mayores riesgos de desastres, y los posibles mecanismos para compensar por pérdidas y daños a los países que sufren o sufrirán mayores impactos por el cambio climático y los peligros meteorológicos.

Tribunal amotinado, reforma judicial y fragilidades institucionales

Tres integrantes del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) hacen el vacío y se plantan, fuera de la ley, para provocar la renuncia del presidente de ese órgano, aprovechando que están dos sillas vacantes porque la mayoría parlamentaria del Senado no ha nombrado a los dos magistrados faltantes. Le declararon su pérdida de confianza por haber tomado diversas medidas administrativas. Primero se ausentan del informe de su titular y se van a desayunar juntos, haciéndolo visible en sus redes para quien quiera notarlo. Luego agregan en la siguiente sesión un punto para analizar la continuidad del magistrado presidente, y provocan una crisis institucional, con el proceso electoral ya iniciado.

Así de sencillo queda afectada la gobernabilidad del órgano que debe garantizar la certeza electoral, así de frágil puede ser una institución o puede iniciar la fractura de lo que alguna vez se veía firme.  La Ley Orgánica de ese tribunal no le permite a sus integrantes destituir o remover a su presidencia, lo cual no pareció importarles a las honorables magistraturas. Los hechos son propiciados no solo por la dilación de la mayoría parlamentaria del Senado para nombrar magistrados, sino también por el entorno de acoso al Poder Judicial y los órganos electorales, en el esfuerzo de lograr su control.

O, como lo dijo un senador, una intentona desde el poder para asesinar políticamente a los jueces. Palabras más, palabras menos, pero muy intensas y crispantes palabras, al fin y al cabo. Pero las instituciones se minan desde fuera y desde dentro, y en el TEPJF hay suficiente labor de zapa interna. Y lo mismo ocurrió en el INAI, al parecer, pues al cerco externo se sumaron tropiezos propios de ex funcionarios que a su vez eran ex consejeros.

Del tema del tribunal, el Presidente dijo que no quería opinar, pero que ya no debe haber democracia de fachada ni de simulación, ni de minorías para unos cuantos, sino democracia auténtica y popular, que ya no funciona el control de los medios corruptos sobre la sociedad, y se remitió a Lincoln y a Roosevelt para apoyar su punto. De lo que sí habló fue de la intención de adelantar sus iniciativas de reforma al Poder Judicial para que ministros, magistrados, incluyendo los del TEPJF y jueces, sean electos por voto popular directo y puedan ser revocados, junto con la creación de un tribunal interno que reemplace al Consejo de la Judicatura, y diversas medidas administrativas, todo lo que se conoce como el plan C, que es el tercer intento para poner el cerco de control de ese poder.

Se esperaba que estas propuestas fueran presentadas al Legislativo en septiembre de 2024, ya con las nuevas cámaras, pero ahora serían enviadas en febrero aprovechando los distanciamientos en el bloque opositor del Senado por las tensiones entre Movimiento Ciudadano con el PAN y el PRI. Estas surgieron como carambola de otro desarreglo en el estado de Nuevo León, en el que intervino la Suprema Corte en una decisión que no fue del gusto de Morena ni del Presidente, quien arremetió contra el ministro instructor, y que, a su vez, suspendió la desaparición de los fideicomisos del Poder Judicial, frenando uno de los supuestos triunfos en la andanada contra la judicatura. Por si faltara, se presentó la segunda terna de candidatas para que el Senado nombre a una nueva ministra de la Suprema Corte, con tres funcionarias de gobierno cercanas a Presidencia. Ya en la acostumbrada reiteración de mensajes: no han hecho nada por el pueblo en 36 años, todo lo hicieron para beneficiar a la oligarquía que dominaba y mandaba. La última de las batallas, al parecer y por ahora.

Sequía a páginas interiores y saberes ancestrales

La sequía llega a las primeras noticias hasta que se acerca el día cero e inician los racionamientos en las conexiones que siempre tienen agua. La temporada de lluvias terminó hace semanas pero el país quedó con un 55 por ciento del territorio (1348 municipios) entre sequía moderada y excepcional.

Es un año particularmente malo, que afecta a toda América del Norte, que en conjunto está en más del cuarenta por ciento en diferentes grados de afectación, y hasta en Alaska se registran áreas anormalmente secas. Para la Cuenca del Río Bravo el porcentaje es de 77 cuando faltan seis meses para la siguiente temporada lluviosa, y el Río Colorado está en situación crítica, con grandes riesgos para varios municipios de Baja California. La déficit hídrico en las asignaciones de agua a Estados Unidos alcanza niveles históricos.

Las lluvias por los frentes fríos ayudaron en noviembre, pero las principales presas están con niveles 35 por ciento menor que el año anterior. El riesgo no es solo para los siguientes ciclos agropecuarios sino para el abasto de agua potable. Antes las alarmas saltaban hacia el inicio de la primavera, pero ahora se activaron a principios de noviembre para algunas ciudades y zonas metropolitanas, incluyendo la Ciudad de México y municipios del EDOMEX, para los que se redujo el flujo desde los embalses del Sistema Cutzamala.  Al final de las lluvias estos se encontraban al 39 por ciento de su capacidad. Aún si las lluvias invernales de los próximos meses caen dentro de los registros históricos habrá escasez, sobre todo en algunas ciudades y, dentro de estas, en las que ya están limitadas desde hace tiempo por la intermitencia del abasto de agua potable.

Nos estamos ocultando, abierta y públicamente, la severidad y la intensidad del problema: una fuente muestra que apenas la tercera parte de los hogares tienen agua todos los días a todas horas; según otra, una cuarta parte de la población tiene agua salubre, y una más, que sesenta de cada cien personas tiene agua gestionada de forma segura. Las tres son fuentes oficiales.

Como la perspectiva en asuntos hídricos está ligada al cambio climático, es inevitable voltear a la Conferencia de las Partes de Cambio Climático, edición 28 (30 de noviembre al 12 de diciembre 2023). La diplomacia y los funcionarios enviados cubren afanosa y diligentemente las agotadoras sesiones de trabajo en todos los frentes simultáneos que concurren en el encuentro global más importante, multilateral, ciudadano, científico o empresarial, pero de nuevo la atención política de ato nivel que se le dedica es deliberadamente mínima, como corresponde a una estrategia que escogió marginar nada más y nada menos que el cambio climático. La titular del tema, que no acude ahora ni lo hizo antes, se ocupa de recordar que en la COP28 México promueve saberes ancestrales para enfrentar la crisis climática, recurre a muletillas, frasea mal las metas comprometidas y destaca proyectos emblemáticos de confuso o incomprobable aporte a la mitigación o a la adaptación.

Las propuestas principales y de fondo las lleva por su cuenta una organización ciudadana, que despliega más capacidades técnicas que los enviados de la Secretaría responsable del tema.

Ante el espejo educativo

Nos disgusta el reflejo de la imagen y entonces mejor prescindimos del espejo, sin cuestionar nuestra figura o ver qué hacemos con ella. Esto es lo que ocurrió oficialmente ante los resultados del Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA) de 2022. La prueba muestra capacidades  y habilidades para resolver problemas, pensar de manera crítica y comunicarse con efectividad de alumnos de 15 años. Los evaluados en México eran representativos de casi 1.4 millones de estudiantes, contestaron preguntas de opción múltiple o abierta en matemáticas, ciencias y lectura, en su mayoría se encontraban en 1º de preparatoria, y los años previos los habían pasado en las complejas condiciones de la pandemia.

En matemáticas y ciencias el resultado fue peor que el de 2018, y en lectura fue casi el mismo. A largo plazo, el descenso se marca claramente desde 2009 , hace 18 años. La caída de 2018 a 2022 tiene sus propias razones, y en matemáticas nos hizo retroceder a los niveles de 2003. En el trienio hubo dificultades en la mayoría de los países evaluados, y ameritará revisiones cuidadosas para recuperar lo perdido.

En su mayor parte, la generación evaluada concluirá la preparatoria en 2024, ingresará a escuelas superiores de todo tipo o entrará a trabajar directamente. No hay otras evaluaciones rigurosas y representativas que estemos aplicando, y que sean comparables con las de otras realidades. PISA no permite saber de nosotros mismos, y nos ayudaría a reformar el sistema educativo. La respuesta oficial fue descalificar el instrumento, repudiar el espejo, por inadecuado y neoliberal, por no adecuarse supuestamente a nuestro contexto. Hasta algún investigador educativo conocido pidió abandonar PISA por no reflejar la diversidad nacional de condiciones. No es la primera ocasión en la que se desecha una medición internacional que desagrada  a las autoridades, de hecho es la constante, y se rechaza más o menos con los mismos motivos, que denotan un excepcionalismo bastante penoso: somos tan distintos y peculiares que aquí no aplican las pruebas estandarizadas, y a mucho honor y orgullo.

Explorar a fondo PISA, aprovechar la gran cantidad de estudios que ha generado, revisar las razones por las que les va mejor a otros, recuperar lo que aparece como positivo (porque en algunos aspectos aparecieron avances), da oportunidad de convocar a quienes se interesan en la educación para seguir buscando mejoras. Algo así como una convocatoria nacional, en la que estén también las familias, las escuelas, todos. No está a la vista, porque el modelo educativo no está a debate. Y no es solo asunto de recursos, pero con los datos comparables, lo que gastamos en educación no llega al 40 por ciento en relación al promedio de los países incluidos en PISA 2022. Frente a 2018, en 2022 fue significativamente mayor la proporción de escuelas que informaron de la falta de personal docente o de que estaba mal capacitado o era inadecuado. Las becas sirven, no cabe duda, pero servirían más si estuvieran vinculadas al aprendizaje, a la alimentación y a la salud, al bienestar infantil, a la seguridad fuera y dentro de las aulas.

Canalizar la energía social con convocatorias creativas no es lo de hoy, como no lo es la reforma al sistema de salud. Hay más intercambio sobre el acondicionamiento por parte del Ejército de una gigantesca instalación para una llamada mega farmacia en Huehuetoca, EDOMEX, que centralizará la distribución de medicinas y que deberá inaugurarse a fines de 2023, y que un día fue planteada como el nuevo intento de resolver el desabasto de medicamentos. Como la decisión estaba tomada, no valían las preguntas sobre las cuestiones de logística o pertinencia técnica de la medida. Y ya avanzado el proceso, las preguntas sobre el nuevo experimento son consideradas ataques de los adversarios, maniobras para defender a los que se robaban dinero público, campañas para boicotear el almacén, y hasta se remite a la reforma de salud de Obama para soportar la idea de que se lucha contra los negocios que mercantilizan la salud. Y, de paso, se pone para marzo de 2024 la fecha en la que contaremos con uno de los mejores sistemas de salud del mundo.

Remendar la urdimbre económica y social

Todas las anteriores son estampas sombrías. La de la economía tiene un tono muy diferente. La producción, los salarios y sobre todo los mínimos, el consumo, el empleo, la pobreza laboral, la inversión y otras facetas económicas van mejor de lo que se esperaba e incluso de lo que se estimó inicialmente en el programa de 2023. El año acabará como el mejor desde un quinquenio atrás. O dicho de otro modo, en general se retoma el paso, en unas actividades y regiones más que en otras, y en algunas ya se sobrepasó la tendencia que se llevaba allá por el 2018. La mejora respecto al año previo se palpa y se percibe, y se vislumbran buenos momentos para invertir, sobre todo ante ese resplandor que es el nearshoring.

El contraste es intenso con las incertidumbres que dejó la pandemia, y también con los titubeos que aparecían en 2022. Ahora no, aunque todo indica que podría registrarse una desaceleración el nuevo año. El cierre sexenal sigue el clásico ciclo político electoral, con un relajamiento del presupuesto público, aunque no de la inversión, con las prioridades colocadas en el cierre de las obras públicas emblemáticas y los principales programas sociales. Ya se verá qué hacer de 2025 en adelante para cubrir las exigencias crecientes de las pensiones, la salud, la educación, la infraestructura, el agua y otras necesidades ingentes, a las que les seguimos quedando mucho a deber. Por ahora, lo que se calcula es que nos hacen falta por ahí de seis puntos porcentuales del producto nada más para compensar lo básico, y de ahí en adelante recabar más ingresos públicos para avanzar de manera consistente. Hasta ahora la opción fue contar con más recursos ajustando donde se pudiera, pero el expediente ya no dará para más.

Las expectativas mejoraron incluso para el plazo de los próximos diez años, aunque no significativamente. Lo que se sigue viendo es que de seguir las cosas como van, con todo y las mejoras, en el horizonte sigue apareciendo una economía insuficiente como para marcar una gran diferencia, que salga al rescate de los retrasos que, según el propio diagnóstico oficial, han generado la inseguridad y la violencia, la exclusión de los jóvenes, el atraso rural y tantas rupturas sociales. La reducción de la pobreza ocurrió sobre todo por el empleo y los salarios, y los programas sociales y las remesas también ayudaron. Los faltantes siguen estando en la superación de las carencias sociales de seguridad social, salud y educación, de suponen un cambio muy significativo de las prioridades públicas, sobre todo para remendar la urdimbre social que sigue generando tal desintegración y violencia, tal inseguridad pública.

Parecen dos rumbos distintos: la continuidad de la inseguridad y la violencia, la precariedad en el cumplimiento de derechos básicos, la elusión de cambios básicos en áreas sociales críticas como la educación, el ambiente y la salud, el deterioro institucional, frente a una recuperación económica, la reducción de la pobreza e incluso algunas mejoras distributivas. ¿Será que son funcionales estas divergencias, que así puede funcionar adecuadamente una sociedad? No fue así con las experiencias exitosas de desarrollo. Está corriendo ya un debate con los ojos puestos en lo que resta de la década, y mientras tanto, ya con las precampañas presidenciales cobrando vuelo, los equipos se aprestan para lanzar plataformas y programas. A ver.

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