Nuestra democracia está bajo ataque

En los últimos ocho meses, de acuerdo con la información dada a conocer por el periódico Excélsior la semana pasada, han sido asesinadas 94 personas que formaban parte de partidos políticos, eran funcionarios locales o, como en el caso más reciente en Apaseo el Alto, Guanajuato, candidatos a algún cargo de elección popular


Por si fuera poco, alrededor de mil personas que aspiraban a algún cargo de representación han preferido dejar la contienda electoral, en la mayoría de los casos debido a amenazas, intimidaciones o incluso atentados afortunadamente fallidos de parte del crimen organizado.

En este escenario, no hay más espacio para la polarización y, por eso, es urgente que quienes aspiran a la Presidencia de la República moderen su lenguaje, que actúen de manera mesurada en sus decisiones y que más allá de la retórica, realmente asuman la responsabilidad de contribuir a la pacificación del país.

En poco ayuda a nuestra democracia hablar reiteradamente, desde la mafia del poder hasta proponer la construcción de un “México chingón” o, en el más patético de los casos, llamar a la mutilación de quienes delincan.

Desde esta perspectiva, debe decirse que desde las “las víboras prietas y las chachalacas” del año 2000 y 2006, las campañas presidenciales, y no se diga para las gubernaturas y las presidencias municipales, han estado caracterizadas por una notable pobreza intelectual y narrativa.

Así, mientras del lado de la política reina el encono y la violencia verbal, en la calle, literalmente, suenan las balas y, cada vez más, lo hacen en contra de políticos en todos los niveles. Lo peor de todo es que nos estamos “acostumbrando” a que en cada periodo electoral haya asesinatos de alto impacto.

Ya ocurrió con el gobernador electo de Tamaulipas, Torre Cantú, con el exgobernador de Colima, Jesús Silverio Cavazos, así como también como los atentados contra el exgobernador de Chihuahua, Patricio Martínez, o el exgobernador de Colima, Fernando Moreno Peña.

No son pocos los exgobernadores acusados y procesados por delitos graves, en efecto, en los últimos diez años han sido encarcelados, acusados formalmente o investigados 22 gobernadores, de prácticamente todos los partidos políticos. A los que deben sumarse los escándalos de corrupción de otros funcionarios y dirigentes partidistas.

Hay temas que, frente a estos datos, deben ponerse a discusión, por ejemplo: ¿nuestro modelo de federalismo debe continuar como está? ¿Cómo hacer del municipio libre la auténtica unidad básica, no sólo de organización política, sino de generación del desarrollo económico, social y democrático del país?

La del 2018 será la cuarta elección presidencial arbitrada por un instituto electoral autónomo del Poder Ejecutivo, sin embargo, pareciera que nuestra democracia está experimentando, si no una regresión, sí un proceso de estancamiento, pues llegamos a esta elección con el menor nivel de respaldo y confianza de la ciudadanía en ella.

“Las balas que vuelan no tienen convicciones”, escribiría alguna vez Carmen Boullosa; empero, ¿cuáles convicciones seremos capaces de hacer valer para detener las balas terribles que todos los días acaban con la vida de decenas de personas.

Efraín Huerta escribiría también: “Se necesita ser muy hombre para no ser violento/ Se necesita saber musitar un versículo”. Y es que estamos naufragando en los ríos de las violencias porque la democracia no se puede defender sola, porque la democracia requiere de hombres y mujeres no violentos que sean capaces de musitar los versículos de la legalidad y los derechos humanos.

Ante la violencia urge que pongamos por delante las ideas y las convicciones; los ideales deben ejercer su derecho de retorno porque si algo es claro, es que los ideales son literalmente a prueba de balas.

Queda siempre la duda de si podremos decir alguna vez, como el poeta Ibargoyen: “En estas calles ya no hay visitas de asesinos/ solamente aquella sangre que sin apuro envejece”. De eso depende que la democracia arraigue, nos dé y le demos rumbo, de eso depende la sobrevivencia de la República.

Artículo publicado originalmente en el periódico Excélsior el día 14 de mayo de 2018

@MarioLFuentes1 Barack Obama presentó su último “discurso a la nación” el pasado marte

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