Escrito por 3:30 am Arte, Ciencia, Cultura, Desigualdades, En Portada, Mónica Muñoz

Helen Escobedo: una escultora visionaria

A Helen Escobedo le tocó romper paradigmas, en un México en plenos años 60. Para esos años aun no se hablaba tanto de temas ecológicos ni qué decir del feminismo, abordando aspectos de género, violencia de género, patriarcado, etc. Sin duda, lo que sí fue una constante en Helen siempre, fue en desarrollar su carrera artística. Dominó una amplia gama de disciplinas como la escultura, el dibujo, la instalación, la poesía, el diseño y la arquitectura, entre otras.

Escrito por:   Mónica Muñoz

Helen Escobedo nace en la ciudad de México en 1934. Desde los 15 años, comenzó su educación artística en el Mexico City College (lo que hoy en día es la Universidad de las Américas) donde tomó clases con el artista Germán Cueto, un escultor excepcional en el ambiente mexicano de los años cincuenta. Por cierto, a Cueto que no le gustaba el academicismo prevaleciente de la época, le gustaba enseñar en sus clases dando más libertad, dejando que sus alumnos experimentaran y desarrollaran su intuición. Helen pasó cerca de dos años con el maestro, en los cuales éste le enseñó su técnica de polvo de asbesto y mármol, cómo preparar piroxilina con recetas caseras y la manera de utilizar el alambrón para fabricar el esqueleto de las formas y luego solidificarlas con gruesas pastas.

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Primera exposición en colaboración con Inés Amor

Poco después, Helen ingresó al Royal College of Art en Londres (donde permaneció tres años), que le ofreció entrenamiento técnico, estímulo intelectual y contacto con figuras como Epstein, Zadkine y Henry Moore. Estudió ahí por tres años y a su regreso a México en 1954 organizó su primera exposición, contando con la colaboración de Inés Amor, otra figura importante quien fue una promotora y galerista del Arte Moderno Mexicano, y que tuvo notoriedad en al ambiente cultural al ser la primera mujer fundadora de la primera galería de arte de nuestro país, la Galería de Arte Mexicano (GAM) en 1935. En esa exposición que realizó con Helen, se exhibieron piezas expresionistas y orgánicas muy distintas a lo que vendría después en su producción artística.

Estilo propio y legado

Sin embargo, hasta 1964 Helen Escobedo inaugura con su propio estilo la serie Vernissage, marcando así el inicio de un nuevo proceso artístico, imponiendo fuertemente su estilo diferenciándose de las tendencias que se expuestas en las galerías. De esta manera, Helen comenzó a trabajar con superficies bidimensionales y monumentales que se iban liberando de la base y que se integraban con la arquitectura y el ambiente. Inclusive formó grupos escultóricos donde el público, la crítica y hasta los turistas formaban parte de la obra.

Los hijos de la artista: Andrea y Michel cuidan del Fondo Helen Escobedo, y el mismo está dirigido por Sandra Cerisola, cuentan con un acervo de más de 946 piezas que incluyen esculturas, dibujos, collages, fotografías, poemas y trabajos de investigación de la artista. Asimismo, Helen Escobedo es recordada como una figura importante en el paisaje cultural mexicano por sus contribuciones como directora de tres instituciones principales: el Museo Universitario de Ciencias y Artes (MUCA), el Museo de Arte Moderno (MAM) y el Instituto de Investigaciones Estéticas en la UNAM.

La propuesta artística de Helen consistió en la exploración constante de las distintas posibilidades que pueden suscitarse dentro de la escultura, así como sus potencialidades, desde el dibujo desplegado como estrategia, medios o documentación, hasta esculturas efímeras o urbanas. Escobedo es una figura activa en los movimientos de arte terrestre y ambiental a partir de la década de 1970. Entre sus esculturas monumentales más conocidas en la ciudad de México están Puertas al viento (1968, Ruta de la Amistad); Espacio escultórico (1977-1979, UNAM), Coatl (1980, Espacio escultórico, UNAM). Precisamente su obra Coatl, es la más famosa e invoca al movimiento, juega con los colores del ambiente y permite que las personas interactúen.

Logros

En 1986, Escobedo fue nombrada miembro vitalicio de la Real Academia de Ciencias, Letras y Artes de Bélgica. También recibió una beca Guggenheim (1991); una beca del Fondo Nacional Mexicano para la Cultura y las Artes (1999); Premio Nacional de Medalla de oro de Arte y Ciencia en Artes Visuales de México (2009). Trabajó en el Museo Universitario de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), fue directora técnica del Museo Nacional de Arte y directora del Museo de Arte Moderno. Y estuvo encargada de las exposiciones internacionales. Falleció el 16 de septiembre de 2010).

Reflexiones finales

Helen es un referente del arte en nuestro país. Ella siempre creaba, y pensaba en el futuro. Le interesó hacer del arte estrategias simbólicas en torno a problemas sociales o a situaciones subjetivas. No buscaba la perfección, sino más bien, introdujo formas elásticas y suaves que surgen de la reflexión sobre aspectos más vitales, como lo lúdico y lo trágico; a través de la instalación abordó problemas sociales. Una mujer inquieta, que viajó, conoció otras culturas, que le atraía lo popular, y la interacción del cruce de disciplinas. Todo esto nos hace reflexionaren la pasión que movió siempre a la artista. Su talento, su quehacer artístico fue y sigue considerándose en la historia del arte mexicano, simple y sencillamente impresionante.

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