Escrito por 3:00 pm Agendas locales, Alejandro Sahuí, Desigualdades, Destacados, Economía, En Portada, Pobreza, Política • Un Comentario

LA MEDICIÓN DE LA POBREZA Y LA POLÍTICA

Además de complejas cuestiones técnicas y económicas, la medición de la pobreza involucra siempre un debate ideológico que versa sobre distintos paradigmas o concepciones de la vida pública. Mientras el acuerdo sobre los instrumentos de medición sea firme, la política social tendrá claridad en la persecución de sus objetivos y en la contrastación de sus logros. Existen períodos de consenso acerca de tales instrumentos, pero es un hecho conocido que, tratándose de cuestiones económicas relacionadas con el bienestar colectivo, las interpretaciones suelen estar expuestas a manipulación. Los buenos y malos rendimientos influyen en el régimen político y en la competencia partidista, precisamente el escenario donde los desacuerdos son más profundos y persistentes, volviéndose un motivo adicional de polarización de la opinión. Si la región latinoamericana sufre grave pobreza, desigualdad y exclusión es inevitable que se dañe la legitimidad. De ahí el interés en rendir buenas cuentas en esta tarea prioritaria.

Escrito por: Alejandro Sahuí

En los estudios y las políticas de desarrollo en el ámbito internacional se ha conseguido un umbral de entendimiento entre las naciones para evaluar el desempeño de los gobiernos. La variable del ingreso fue relativizada y se redimensionaron aspectos de la vida de las personas que no se pueden cubrir exclusivamente con recursos monetarios. El enfoque de capacidades que propuso el nobel de economía Amartya Sen influyó en Mahbub Ul Haq y en el Índice de Desarrollo Humano que desde 1990 publica los resultados anuales de cada país y posibilita comparaciones objetivas. Funcionamientos básicos como salud y educación miden la calidad de vida desde el punto de vista de los propios agentes, en primera persona. Las capacidades pretenden reflejar las libertades, y rechazan por tanto tratos paternales y clientelares.

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Como complemento de este enfoque la filósofa Martha Nussbaum propuso que la lista de las capacidades básicas sea traducida al lenguaje de los derechos humanos. Con este interesante giro, las capacidades se asumen como imperativos públicos, reclamos justificados y urgentes que tienen prioridad normativa frente a otras metas. Especialmente porque los derechos se dicen en el lenguaje de la autonomía y la igual dignidad. Si se considera que éstos gozan de un amplio consenso en la comunidad internacional se apalanca el tipo de políticas públicas que los promueven. Junto con Sen, otro de sus grandes aportes consistió en subrayar el punto de vista de las mujeres en las investigaciones sobre el desarrollo.

El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) emplea en México un instrumento multidimensional de medición de la pobreza. Es una poderosa herramienta para evaluar los resultados de la política social que incorpora variables relativas al ingreso, al lado de los derechos humanos y la cohesión social. El nivel de ingreso capta el grado de privación de necesidades básicas, y las otras variables señalan la vulnerabilidad y la solidaridad comunitaria. Con la reforma constitucional de 2011 los derechos se hicieron vinculantes para todas las autoridades. Su desempaque en políticas públicas se orienta con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. La mirada de derechos previene contra la discriminación y reclama el cierre de brechas de desigualdad.

Es importante que las herramientas de evaluación de la política social estén construidas sobre cimientos sólidos, pero sobre todo que sean públicas. Cuenta que toda la ciudadanía esté en condiciones de conocerlas y discutirlas, no exclusivamente en la arena de la política electoral, sino en una conversación de largo plazo. Para ello es necesario que existan instituciones cuyo diseño otorgue distancia e independencia de los ministerios encargados de la política social. Además, se debe disponer de registros longitudinales que permitan contrastar el proceso de desarrollo, los avances y eventuales retrocesos. México participa de los avances en el estudio y medición de la pobreza. Es indudable la competencia y autonomía técnica de CONEVAL. Más allá de las filias y fobias partidistas, sus informes son insumos elementales para conocer dónde estamos y, en su caso, para ajustar las velas. Su metodología es pública y es consistente con estándares internacionales que están sólidamente acreditados.

En relación con su comunicado reciente sobre las estimaciones de pobreza multidimensional del 10 de agosto es de celebrar, por ejemplo, una reducción notable en la pobreza de ingresos. En un país con un nivel salarial tan magro como el nuestro, cualquier mejora en este rubro impacta la calidad de vida de la gente. Sin embargo, importa no perder de vista el enfoque de los derechos. Persisten grandes retos sobre todo en el acceso a la salud y la seguridad social, como se concluye. En relación con las condiciones políticas actuales quizá la incertidumbre frente al futuro sea uno de los motivos más poderosos de desafección hacia la democracia. Ella es signo de una ruptura de la comunidad política, de la solidaridad intergeneracional y de la amistad cívica. Ojalá éste sea un tema central de las discusiones políticas por venir. La ciudadanía debe recuperar la confianza en la unidad por un México más justo.

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