Escrito por 5:55 pm Cultura, Investigaciones • Un Comentario

El amor no es un juego de niños

por Jonathan Rubio

El “mes del amor” es una oportunidad más para hablar de los derechos sexuales y reproductivos, sobre todo de los más jóvenes, quienes son más vulnerables ante situaciones como el embarazo adolescente y las infecciones de transmisión sexual


Niñas que se casan

En México está prohibido en la mayoría de las entidades federativas que niñas, niños o adolescentes menores de 18 años contraigan matrimonio. Esta medida está encaminada a la protección de los derechos de niñas y niños, aunque cabe señalar que, en su mayoría, las personas menores de edad que se casan en nuestro país son mujeres.

El matrimonio infantil aún es un problema de gran relevancia, ya que en 2017 un total de 2 mil 374 mexicanas menores de edad se casaron, y representan el total de los menores en esta situación.

Guerrero ocupó el primer lugar en el número de casos, ya que en esta entidad, en total, mil 057 menores de edad del sexo femenino se casaron. Le siguen el estado de Chihuahua, con 514 registros de este tipo; Sonora, con 326; Tabasco, con 186, y Guanajuato, con 105 casos.

Aunque el número de casos donde la contrayente es menor de edad pasó de 29 mil 912 en 2014 a 9 mil 871 para 2016, la unión de personas adultas con menores de edad sigue siendo un reto de dimensiones mayúsculas para el país.

mapa matrimonio infantil

Cambiar la escuela por pañales  

De acuerdo con las estimaciones de CONAPO, en nuestro país existe un gran número de madres adolescentes.

Por cada mil mujeres mexicanas que tienen entre 15 y 19 años hubo 77 nacimientos. La cifra más alta del país se registró en Coahuila, con 113 nacimientos en adolescentes, seguido de Nayarit y Zacatecas, donde hubo 112 y 105 nacimientos por cada mil mujeres en ese rango de edad.

En contraste, la Ciudad de México cuenta con 52 nacimientos por cada 100 mil adolescentes en ese mismo rango de edad: la cifra de más alta (la de Coahuila) es superior por más de dos veces.

En todo el país, el 18% de los nacimientos de 2017 fueron de madres adolescentes. Si se compara con 2012, de 19.4%, este indicador decreció 1.4 puntos porcentuales.

A pesar de que esta proporción ha disminuido durante los últimos seis años, aún es una situación preocupante.

Las cifras de natalidad del Inegi refieren que en 2017 se registraron 164 mil 214 nacimientos donde las madres son menores de edad.

Las cifras son aterradoras: en 358 nacimientos las madres tenían 10 años; en 842 tenían entre 11 y 12 años, y en mil 530 casos su edad era de 13 años.

En suma, 32 mil 882 nacimientos correspondieron a madres que en 2017 tenían 15 años o menos.

Estas cifras evidencian que las acciones que se han llevado a cabo no han sido suficientes para inhibir este fenómeno, que amenaza el desarrollo integral de la juventud de nuestro país.

Infecciones de transmisión sexual: amenaza latente

Los contagios de infecciones y enfermedades de trasmisión sexual representan un problema de salud pública en todo el país.

De acuerdo con los anuarios de morbilidad de la Secretaría de Salud, durante 2017 se registraron 195 mil 210 casos de candidiasis urogenital. Esta infección es la de mayor frecuencia en el país, después de la vulvovaginitis, sin embargo, no se cuenta con registros comparables para esta infección en años anteriores.

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De igual forma, la tricomoniasis urogenital, que en 2017 registró un total de 47 mil 557 casos, es la segunda infección de transmisión sexual más frecuente.

Destaca que, los casos registrados en 2017 de ocho infecciones de transmisión sexual presentaron incrementos significativos.

La infección gonocócica del tracto genitourinario fue la que más incrementó al pasar de mil 953 nuevos casos en 2016 a 4 mil 794 casos en 2017: un incremento equivalente al 145%.

Otra infección que tuvo un fuerte incremento es el herpes genital. Durante 2015 se registraron 3 mil 843 nuevos casos de esta infección, mientras que, en 2016 se registraron 4 mil 121 casos.

Sin embargo, al cierre de 2017 se registraron 2 mil 26 casos más, con lo cual durante este año se acumuló un total de 6 mil 147 nuevos casos, lo cual representa un incremento del 49% por ciento.

Por su parte el linfogranuloma venéreo incrementó un 34% en 2017, con 300 nuevos casos al cierre de este año; le sigue la sífilis adquirida, con un incremento de 31% y 4 mil 703 nuevos casos; el chancro blando, que aumentó 28%, con 593 casos nuevos; la candidiasis urogenital con un incremento del 8% y 195 mil 210 casos, y la sífilis congénita que, con 121 casos, tuvo un incremento del 8 por ciento.

Destaca que, la infección asintomática por VIH presentó un incremento significativo en 2017, cuando se registraron 8 mil 113 casos. Comparado con los 7 mil 333 casos que se registraron en 2016, significó un aumento del 11 por ciento.

De igual forma, los nuevos casos de SIDA se redujeron apenas un 1% en 2017, cuando se registraron 5 mil 591 casos, comparados con los 5 mil 662 casos de 2016.

infecciones transmisión sexual

Los más vulnerables

La población joven se muestra como la más vulnerable frente a los contagios de infecciones de transmisión sexual.

Los mexicanos de 19 años y menos representaron el 12% de los nuevos casos de infecciones de transmisión sexual que se documentaron en 2017.

Este porcentaje incrementa drásticamente entre la población que tiene entre 20 y 24 años, ya que, en este grupo de edad se concentró el 18% de los nuevos casos que se documentaron durante el mismo año.

De acuerdo con ello, el 30% de los nuevos casos de infecciones de transmisión sexual se diagnostican en menores de 24 años.

Todo se puede prevenir

La Organización Panamericana de la Salud y la Secretaría de Salud de nuestro país afirman que el mejor método para evitar estas situaciones es el correcto uso del condón.

Los riesgos en materia sexual y reproductiva son numerosos entre la población joven: el embarazo adolescente es un fuerte problema a nivel nacional, mientras que, la población joven está más expuesta a los contagios de infecciones de transmisión sexual.

Esta situación evidencia la necesidad de reforzar la política pública que se lleva a cabo en materia de educación reproductiva y de salud sexual. Si bien la prohibición del matrimonio infantil es una medida que contribuye a la garantía de los derechos humanos de las niñas y los niños, es apenas un paso frente a un largo camino que se tiene por recorrer.

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