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UNAM Inicia semestre 2023-I

A las y los docentes y trabajadores de la UNAM que la pandemia del COVID-19 nos arrebató

Escrito por:  Ruth Zavaleta Salgado

Hoy inician las clases del semestre 2023-I en la UNAM. Con base en la información difundida por el secretario General de la UNAM, Leonardo Lomelí Vanegas, “más de 400 mil estudiantes llevarán a cabo sus actividades académicas principalmente de forma presencial en todas las escuelas, facultades, centros e institutos de esta casa de estudios.”

Escrito por:  Ruth Zavaleta Salgado

El año pasado, la UNAM tuvo 369, 607 alumnos: 229, 268 de licenciatura; 106, 576 de Bachillerato; y, 689 técnicos. Para atender este universo de alumnos, la Casa de Estudios contó con 42, 535 académicos que impartieron clases en las 15 facultades, 5 Unidades Interdisciplinarias y 9 Escuelas Nacionales, además de los planteles de Bachillerato e Institutos de Investigación. El impacto de la UNAM en la vida Nacional  se puede valorar desde el número de sus egresados en el 2021: 19, 779 titulados en licenciatura. Pero también, llama la atención la cantidad de artículos científicos: 25% del total que se pública en el país; y, la cantidad de libros que se publican: 1558 libros publicados en el 2021 (30 por semana).

Estos son algunos datos que nos permiten dimensionar la importancia de esta Institución educativa, pero falta sumar otros factores, los de la eficiencia y eficacia educativa: la UNAM se encuentra entre las 100 mejores Universidades del mundo y, algunas de sus facultades, como la de Derecho, se encuentran en el número 34, además, la mejor de Iberoamérica (QS Word University Rankings 2022).

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Por estas razones, sin lugar a dudas, hoy es un día especial para la UNAM, es la primera vez, desde que se declaró la presencia de la pandemia en México, en marzo del 2020, que la mayoría  de la comunidad universitaria estará presente físicamente en las diversas instalaciones de la Casa de Estudios. En ese contexto, el reto es mayúsculo, porque el regreso a clases tiene que realizarse con protocolos muy puntuales de prevención de contagios no solo del virus del COVID que se ha diversificado, sino también por la alerta de Viruela Símica.

Por razones de un mejor aprendizaje, es fundamental que los alumnos tomen clases presenciales, pero garantizar la salud de la comunidad también es una prioridad, por lo tanto, las autoridades tienen que enfrentar y sortear diversos obstáculos para lograrlo. Quizás, por cuestiones de presupuesto, el de  mayor impacto es el de la infraestructura física de las áreas, por ejemplo, que los ventanales puedan abrirse para que haya ventilación, que la iluminación sea adecuada para que el pizarrón y las presentaciones electrónicas puedan visualizarse; que la limpieza y sanitización  de los pupitres sea constante; que los grupos sean pequeños para mantener la sana distancia;  que los alumnos y maestros usen cubrebocas de forma permanente; que haya control de temperatura en los accesos; y, suficiente gel antibacterial en donde se requiera.

No obstante, estas reflexiones, cabe reconocer que la UNAM ha sido una de las instituciones de mayor resiliencia. Al respecto, rescato la experiencia de la Facultad de Derecho. Parece muy lejano ya, pero eran principios de enero del 2020, cuando inició el semestre 2020-II, que se supo de la gravedad del virus SARS-CoV-2. Reunidos en la salita de espera que tienen para tomar café cuando llegan temprano a dar clases, varios maestros de esa  facultad, comentaban el tema, sin embargo, en ese momento, aún no se dimensionaba la magnitud del problema.  

Regularmente, quienes llegaban más temprano eran los maestros y las maestras de mayor edad, quizás por costumbre o, porque esos pocos minutos anticipados les daban la oportunidad de saludarse mutuamente, no lo sé, nunca les pregunté. Hoy, más de 80 docentes ya no regresarán a nuestra salita, están muertos. Algunos de ellos por consecuencia directa de la pandemia y otros, de forma indirecta por enfermedades que, quizás, no pudieron ser atendidas adecuadamente porque el sistema sanitario estaba en crisis.

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A pesar de las circunstancias, después de la declaratoria de confinamiento, la Facultad de Derecho siguió dando clases de forma cotidiana, pero a distancia.  La salita del café fue sustituida, rápidamente, por las aulas virtuales para la capacitación del uso de herramientas electrónicas que, algunos profesores,  ya tenían experiencia en usar en la modalidad de Universidad Abierta.  Aprendimos a usar el Zoom, Google Classroom, Moodle y Webex, pero también, compartimos más tiempo entre nosotros mediante los cursos de actualización (a distancia) que se multiplicaron. Me atrevo a decir que, los responsables de cada área, parecían competir entre sí para impulsar diversos foros, presentaciones de libros y seminarios, por ejemplo, los de Teoría del Estado y los de Derecho Constitucional (solo por mencionar en los que yo participo).

En ese contexto, consideró que esta forma de enfrentar la crisis sanitaria, por parte del Director, Raúl Contreras y los titulares de las áreas de dirección, impactó positivamente en la calificación del ranking de la Facultad y de toda la Universidad, que, con base en la información oficial: “A nivel nacional la UNAM en materia de Derecho y Estudios Jurídicos, se encuentra en el grupo de las mejores doce del orbe, en el que se hallan en ese orden: Estados Unidos, Reino Unido, Singapur, Australia, Canadá, Francia, Japón, así como Hong Kong, Países Bajos, China, y Corea del Sur.” (https://www.dgcs.unam.mx/boletin/bdboletin/2021_283.html)

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