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Burnout o “síndrome del trabajador quemado en México

“Hacía el trabajo de seis personas, pedí apoyo con personal por la cantidad de trabajo que manejaba… No sucedió. No tuve aumento de sueldo, a diferencia de mis colegas. Por ser el trabajo que soñé por mucho tiempo, lo dejé pasar de lado. Comencé con problemas físicos y emocionales, como depresión y crisis de presión alta, aun sin ser hipertensa. Por el trabajo descuidé mi salud, sacrifiqué mi relación de pareja, mi familia, mis amistades.

Escrito por:  Lizzy Santoyo Arrioja

 “Si no paras te vas a morir”. Me dijo el médico en el último episodio que tuve de presión alta. Me dije: “No estoy invirtiendo mi tiempo en lo importante.” ¡Renuncié! No me arrepiento, tomé la decisión adecuada”. Miranda, directora de redes sociales de una importante empresa turística.

El número de personas con “burnout” o estrés laboral crónico en el país es casi igual al doble de habitantes de la Zona Metropolitana del Valle de México: 39 millones 750 mil, un 75% del total de trabajadores en México, ¡el más alto del mundo!

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 ¿Qué es el burnout o “síndrome del trabajador quemado”?

Este término fue creado por el psicoanalista alemán Hebert Freudenberg en 1974. En 1990 figuró en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) Se realizó una nueva clasificación, que entró en vigor este 2022, citándosele como Síndrome de Desgaste Emocional Asociado al Estrés Crónico del Trabajo. Al asignársele la categoría de enfermedad, lo visibiliza y ayuda a darle un manejo eficiente.

Causas y síntomas del burnout

Algunas causas son; un ritmo y presión laboral elevados, baja participación en decisiones, poco apoyo de superiores y/o colegas, bajo salario, acoso sexual (principalmente en las mujeres), entre otras.

Los síntomas son: desmotivación, intolerancia al estrés, falta de energía, ansiedad, mala calidad del sueño, dolores musculares, fatiga, dolores de cabeza, problemas en la piel, caída del cabello… Las personas se sienten rebasadas a nivel emocional, y en consecuencia, las relaciones laborales se complican.

    Un estudio de la OMS, publicado el año pasado, indicaba que más de 745 mil personas murieron por cardiopatías y accidentes cerebrovasculares; el común denominador era que todas trabajaban más de 55 horas a la semana.

 Burnout en México

   Desde 2017, México aparece en la lista de los países con mayor número de personas con burnout en el mundo. Hoy ocupa el primer lugar.

México, entre los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), tiene las jornadas laborales más extensas, de 2 mil 124 horas al año, el promedio es de mil 687 horas. En México, 8 de cada 10 personas viven con estrés laboral, en China 7 de cada 10, y en Estados Unidos 6 de cada 10, según la OMS.

Paradójicamente, nuestro país tiene el menor índice de Producto Interno Bruto (PIB) por hora trabajada, con 98.3 usd de PIB. El promedio de la OCDE es de 107.9 dólares. Además, el estrés crónico laboral o burnout ocasiona pérdidas por 16 mil mdp a empresas mexicanas, según la consultora AON.

    La creencia de que “a más horas de trabajo, mayor productividad” es falsa. ¡Somos quienes más horas trabajamos y los menos productivos!

Las condiciones laborales en México están oxidadas; existe aún la idea de largas jornadas, pocas vacaciones y poco tiempo de vida personal son normalizados, y en muchos casos, aún en horas y días no laborales se contacta al trabajador para asuntos relacionados con el trabajo. Hay empresas que no dan la opción del trabajo desde casa para puestos que se puedan desempeñar en este formato, generando horas perdidas en el tránsito por desplazarse del hogar al trabajo.  Otras, cuando hay trabajo desde casa no respetan los límites de tiempo y horarios. Lo anterior aunado al enaltecimiento de “estar muy ocupado” y “tener mucho trabajo” son sinónimos de triunfo. Se crea entonces un caldo de cultivo donde se desarrolla una epidemia de estrés laboral crónico.

¿Qué se está haciendo?

  En recientes años algunas empresas han puesto atención en la salud mental y emocional de los trabajadores, implementando programas para manejo de estrés, horarios flexibles, oficina en casa, actividades de bienestar, salario emocional, y muchas empresas empiezan a ver y tratar al trabajador como una persona y no como un número.

   En lo jurídico, existe la NOM 035, que previene riesgos psicosociales en centros de trabajo, no obstante, su aplicación es insuficiente. Es necesario que el burnout sea considerado como enfermedad en otras normas laborales del país.

   Se ha estado discutiendo en el legislativo incrementar el período vacacional; México es el país con menos vacaciones pagadas al año de Latinoamérica y a nivel mundial está al nivel de Filipinas, Nigeria, Uganda, China y Tailandia. Tan sólo para gozar, por ley, de dos semanas de vacaciones se debe trabajar por 10 años continuos con el mismo empleador.

  En 1970, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) propuso el Convenio 132 que compromete a empleadores a ofrecer vacaciones pagadas al menos una vez por año, México lo firmó, pero, sigue sin ratificarlo.

¿Qué más se puede hacer?

  • Promover desde la iniciativa privada y con políticas públicas, el equilibrio entre la vida personal y laboral.
  • Capacitar a las empresas para distinguir el burnout y brindar atención.
  • Disminuir horas de trabajo y aumentar las horas dedicadas al esparcimiento.
  • Empezar y terminar las responsabilidades a la hora estipulada evitará también el desperdicio de tiempo en redes, entretenimiento, etc.
  • Dejar de aplaudir el trabajar horas extra.
  • Priorizar la salud física y mental antes que el trabajo. Trabajamos para vivir, no vivimos para trabajar.

Procurar el equilibrio mencionado es una tarea que nos incumbe a todas las personas, desde quien da empleo, quien trabaja, quien regula leyes, a la familia en la distribución de responsabilidades domésticas y de cuidados, y a la sociedad en general.

Los países con mejor balance entre trabajo y vida personal son Finlandia, Noruega, Suiza, Suecia, Dinamarca, Canadá, Alemania, Países Bajos, Australia y Austria. Todos ellos tienen en común que se trabaja menos de 40 horas a la semana, los trabajadores reciben más de 10 días de vacaciones al año, y la sociedad se involucra en ello.

Balance implica tomar decisiones y estar a gusto con ellas, priorizar, pues, el tiempo es un recurso que nunca regresa.

” No estoy invirtiendo mi tiempo en lo importante” reflexionó Miranda y tomó una decisión. ¿En qué y cómo estás invirtiendo tu tiempo? ¿Hay equilibrio entre tu vida laboral y personal? ¡Que tengas buena reflexión!

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