Escrito por 6:47 am Agendas locales, Andrea Rodríguez

Cuando el Estado soberano decidió usar su poder a través de la Guía Bioética

guía bioética

Ante los momentos más dramáticos de la historia como las guerras, las pandemias, los estados autoritarios, las dictaduras, los gobiernos han tenido que elegir a quién dejar con vida. Lo han hecho a través de estrategias biopolíticas, concepto acuñado por el filósofo francés Michel Foucault[i] .


“Las cárceles, los hospitales y las escuelas presentan similitudes porque sirven para la intención primera de la civilización: la coacción”, Michel Foucault

En las estrategias biopolíticas se otorga inmunidad a un grupo de ciudadanos, porque a través de la salud y del bienestar también está implícita la gestión del biopoder.  El Estado establece mediante la biovigilancia el cuidado de su comunidad, acto que trae a la memoria la noción foucaultiana del “cuidado de sí mismo”, práctica ética y de libertad para generar relaciones convenientes entre la comunidad, al comenzar por una reflexión sobre sí mismo. Estas acciones, al generarse bajo el esquema de la ética, construyen relaciones que favorecen la razón colectiva.  

El sujeto tendría que hacer del cuidado de sí una práctica de autoconocimiento permanente. No obstante, lo anterior casi no sucede, mucho menos en tiempos de caos. Es más útil para ese cuerpo pedir a gritos ser rescatado, una de las misiones del biopoder que funciona segregando a las personas que deben morir de aquellas que deben vivir Foucault (Mbembe, Achille, 2011, p. 13).

La publicación oficial de la Guía Bioética por parte del Consejo de Salubridad General es una legítima función del Estado soberano, aquel que cuida de los cuerpos en función de su vida útil. En una situación de emergencia serán considerados aquellos sujetos que estén en vida productiva, los niños, los jóvenes, los adultos que todavía produzcan, aquellos que sean vistos como activos, no como pasivos, por ejemplo los adultos mayores. Aunque el discurso presidencial vocifere que primero los pobres y los ancianos, desafortunadamente en documentos se observa a los adultos mayores como el grupo que cede su inmunidad y al hacerlo también le hace tremendo favor al gasto público.  En política no hay casualidades ni mártires, solo hay números y estadísticas que favorecen o no.

La Guía Bioética de Asignación de Recursos de Medicina Crítica habla de “salvar el mayor número de vidas por completarse, entiéndanse como aquellas que aún no han pasado los diferentes estados de desarrollo….infancia, adolescencia, edad adulta, vejez…”, como se citó en Aristegui Noticias (https://bit.ly/3bfMKkn).

El sistema de triaje [ii] es u instrumento constitucional que proporciona estándares médicos para decidir qué vida debe salvarse; en este sentido, Soto Mata, et al. (2020) afirma que sólo será legitimo en el momento en que el Estado demuestre que le es imposible, en términos materiales, ampliar aún más su capacidad instalada (equipamiento, por ejemplo ventiladores, camas, personal capacitado).

Lo anterior es muestra del discurso de gestión biopolítica y necropolítica. Roberto Espósito (Preciado B. Paul, 2020 p. 4) explica que toda biopolítica es inmunológica y supone jerarquías entre los cuerpos que están exentos de tributos y aquellos que son peligrosos. Esa es justo la paradoja de la biopolítica: todo acto de protección de una comunidad implica un acto de sacrificio de otro grupo, en beneficio de la propia soberanía.  

Lo anterior no es nuevo. Si se revisa la historia, siempre ha existido una comunidad, grupo o movimiento que bajo distintos estigmas ha sido vulnerado. Las personas con lepra en la Edad Media pagaron con el encierro; las trabajadoras sexuales, quienes se creía contagiaban la sífilis, fueron segregadas del siglo XVI al XIX, y las personas homosexuales fueron severamente señaladas por propagar el sida en las décadas de los 70 y los 80.

En la obra Vigilar y Castigar, Foucault (Paul B. Preciad, 2020) señala la reclusión como una forma de control que el Estado impone para hacer evidente su poder. En estos días, debido al COVID-19, se experimenta el gran encierro  (The great lockdown), en el cual el discurso oficial es aprovechar las bondades del teletrabajo, el cual está bien en términos de productividad, pero cuyo efecto habría que analizar en términos de dominación.

En este escenario, la sugerencia es la recuperación del “cuidado de sí mismo”, en el sentido de la actuación ética y reflexiva propia de la libertad que el individuo tiene como derecho natural.


[i] Michel Foucault (Poitiers, Francia, 15 de octubre de 1926-París, 25 de junio de 1984) fue un filósofo, sociólogo, historiador y psicólogo francés. Recuperado de https://es.wikipedia.org/wiki/Michel_Foucault

[ii] Triage es una palabra de origen francés y un término militar que significa seleccionar, seleccionar o priorizar. En la actualidad se utiliza en medicina, especialmente en emergencias y desastres para hacer referencia a los procedimientos de selección y priorización de las posibilidades de supervivencia. Recuperado de https://www.nexos.com.mx/?p=47691

Bibliografía

Preciado B. Paul. 2020. Aprendiendo del virus. El país. Recuperado de https://elpais.com/elpais/2020/03/27/opinion/1585316952_026489.html

Nmenbe, Achille. 2011. Necropolítica. Ed. Melusina. 

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