Escrito por 6:56 pm Bernardo Kliksberg, Mundo

La cooperación Sur-Sur en acción

por Jorge Chediek / Bernardo Kliksberg

¿Cómo trabajar con la mayor efectividad por los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030, ese gran plan de cambio universal  destinado a que “nadie quede afuera”, como lo señaló Antonio Gutérres, secretario general de la ONU? Uno de los instrumentos que está demostrando que puede producir resultados concretos en cortos plazos es la Cooperación Sur-Sur. Así lo reafirmaron las máximas autoridades de la ONU y los representantes de numerosos países que se dieron cita para celebrar el  12 de septiembre de 2018 el Día de la Cooperación Sur-Sur, instituido por las Naciones Unidas


Hay motivos reales para celebrar.  La oficina de la ONU para dicha cooperación presentó cien experiencias ejemplares de todos los continentes que han beneficiado de modo muy concreto a vastas comunidades en los más variados campos. Representan en su conjunto un vigoroso aporte a las 17 metas de desarrollo sostenible.  

Hemos seleccionado algunas de ellas para ejemplificar:

Combatiendo el hambre en América Latina

El más reciente informe de la FAO de 2017 muestra que, a pesar de los progresos de años anteriores, la cantidad de personas con hambre en América Latina y el Caribe creció  en 2.4 millones entre 2015 y 2016. 

La inseguridad alimentaria afecta a más de 42 millones de personas en la región. Se requieren políticas muy bien diseñadas y firmes porque, de lo contrario, no se arribará a la meta de terminar con el hambre y la desnutrición en el año 2030.

Para enfrentar el problema, se creó en el 2015 la iniciativa Sur-Sur y triangular “Mesoamérica libre de hambre”, establecida por la FAO y la Agencia de Cooperación Internacional de México. Esta iniciativa está orientada a ayudar a nueve países mesoamericanos a fortalecer sus políticas y  marcos institucionales para mejorar la seguridad alimentaria y mejorar las prácticas de agricultura familiar. Los países intercambian buenas prácticas, con México y entre sí. 

Entre los resultados se hallan los siguientes:

  1. Se mejoraron los sistemas de identificación y registro de las familias de agricultores pobres.
  2. Se promovieron sistemas sostenibles de semillas para la agricultura familiar.
  3. Se diseñaron leyes modelo para impulsar la pesca en escala reducida, y la agricultura familiar.
  4. Se desarrolló la producción y mercadeo de artesanías indígenas en países como Guatemala.
  5. Se implementaron programas de extensión municipal de apoyo a la agricultura familiar.
  6. Se crearon redes de conocimiento sobre los temas de la iniciativa que potencian las capacidades de los grupos de actores relevantes.

Creando trabajos en África

Basándose en prácticas de la experiencia china, se impulsaron en diversos países africanos procesos de industrialización liviana. Se procuró la creación de parques y zonas industriales, condiciones de infraestructura y un ambiente de negocios favorable que pudieran atraer inversiones internas y externas dirigidas a la fabricación y exportación de productos industriales.

Las historias de éxito fueron significativas y repetidas. Así, la fábrica de calzado instalada en el parque industrial del este en Etiopía pasó de 600 empleos a inicios de 2012 a 3,500 a finales de 2013. Etiopia instaló 22 fábricas de similar perfil en otro parque industrial nuevo y compartió a su vez sus pioneras experiencias con Ruanda y Senegal.

Estos y otros proyectos de intercambio tuvieron el apoyo y la orientación del Centro para un Nuevo Estructuralismo Económico de la Universidad de Pekín, la ONUDI y el PNUD. Se generó así la iniciativa “hecho en África”,  que ha sido replicada por diversos países de la región.

Salud y educación en Asia

En muchas escuelas del  Sudeste Asiático se verificó que los niños no rinden porque tienen problemas de salud básicos.  En el 2015 se creó un programa regional en gran escala para mejorar el agua, los servicios sanitarios y la higiene en las escuelas.

Con base inicial en las Filipinas, y con ayuda triangular de Unicef, Unesco, OMS y otros, el programa ha transferido experiencias exitosas en soluciones que van desde enseñar a lavarse las manos y la boca, hasta el suministro de agua potable en las escuelas. El rendimiento escolar mejoró  significativamente con estas y otras medidas elementales de salud pública.

En los tres casos en diversos continentes la apuesta Sur-Sur a programas efectivos, basados en el intercambio de experiencias, el pleno respeto a la autonomía local y la maximización de las sinergias entre los países han demostrado que se pueden movilizar las capacidades latentes para conseguir metas tan variadas como reducir el hambre, crear trabajos y mejorar el desempeño escolar.

La  vía Sur-Sur se está convirtiendo  en una esperanza importante para vastos sectores de los más excluidos del planeta.

Jorge Chediek es director de la Oficina Sur-Sur de la ONU y enviado especial del Secretario General para la CSS / Bernardo Kliksberg es asesor estratégico de la Dirección de la Oficina Sur-Sur

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