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Beca para madres adolescentes, un apoyo desigual e insuficiente

beca para madres adolescentes

Coneval presentó el estudio exploratorio sobre el “Impacto del programa de becas a de apoyo a la educación de madres jóvenes y jóvenes embarazadas”, el cual revela que su impacto no ha sido suficiente y que no llega a todas las mujeres que lo necesitan.

El Programa Beca de Apoyo a la Educación Básica de Madres Jóvenes y Jóvenes Embarazadas (PROMAJOVEN) fue creado en 2004 para reducir el rezago educativo de niñas y adolescentes de12 a 19 años que estén embarazadas o sean madres. A partir del 2020, este apoyo forma parte del Programa de Becas Elisa Acuña.

Con base en su análisis, el Coneval indica que la problemática del embarazo adolescente debe ser considerada prioritaria, ya que su magnitud rebasa de origen las capacidades del programa.

Reconoce asimismo que estas becas para madres adolescentes difícilmente llegan a su población objetivo, por lo que necesita mejorar su diseño y operación, además de buscar que sus alcances formen parte de una estrategia más amplia de atención a las madres adolescentes.

Las beneficiarias y la beca

Según el reporte del Coneval, el padrón de beneficiarios del programa indica en 2018 había 11,884 beneficiarias; de ellas, 1,137 estaban inscritas en modalidad escolarizada y 10,747 en no escolarizada.

“A partir del análisis de la información con que cuenta el programa, se identifica la necesidad de mejorar los registros disponibles, con el fin de poder dar seguimiento a la trayectoria educativa de las beneficiarias y la evolución en la atención de la población objetivo en las entidades federativas”.

Aunque al inicio PROMAJOVEN se enfocaba a las adolescentes de ámbitos urbano-marginales, a partir de 2010, su cobertura se amplió a las zonas rurales e indígenas.

De acuerdo con la Convocatoria de 2019, el monto de la beca es de 850 pesos, sobre los cuales, Coneval señala que: 

“En la revisión bibliográfica que se hizo para este estudio exploratorio no se encontró evidencia de la manera en que se calculó el monto de la transferencia; se desconoce si existió un estudio del costo de oportunidad de estudiar para las adolescentes beneficiarias y si, con base en éste, se estableció el monto de la transferencia”. 

Además, advierte que el monto de la transferencia no se actualiza de acuerdo con la inflación “por lo que, en términos reales, la beca ha perdido poder adquisitivo a lo largo del tiempo”.

Asimismo, se encontró que existe un acceso desigual a los apoyos, ya que estos se otorgan únicamente a través de asesores de los institutos estatales para la educación de los adultos, quienes las identifican y dan de alta, por lo que no existe un procedimiento público e institucionalizado mediante el cual las adolescentes embarazadas o madres adolescentes puedan solicitar acceso al programa de manera independiente.

“Ninguna de las jóvenes que forman parte del estudio fue elegida beneficiaria luego de haber solicitado por iniciativa propia el acceso, sino que fueron invitadas por personas servidoras públicas locales”.

Coneval indica que uno de los cambios más importantes de las Reglas de Operación 2020 del Programa de Becas Elisa Acuña es otorgar la beca solamente a quienes fueron beneficiarias al cierre del ejercicio fiscal 2019, “lo cual evidencia la ausencia de intención de ampliar la cobertura de la población objetivo para incluir a la que no ha sido atendida”.

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Además, advierte que esta decisión representa un riesgo, pues podría significar una transición a la desaparición de la beca PROMAJOVEN, lo que dejaría sin atención a estas jóvenes en condiciones de alta vulnerabilidad.

El Consejo señala también que ninguna de las beneficiarias se ha reinsertado a la educación a través de un sistema escolarizado, por lo que el programa “tiene poco alcance para generar un cambio significativo en términos de la trayectoria escolar de las jóvenes, ya que sigue habiendo una marcada desigualdad de oportunidades entre quienes estudian en el sistema escolarizado y quienes lo hacen en el sistema no escolarizado, tanto para seguir estudiando como para insertarse en el mercado laboral”.

A ello se suma que, como advierte el organismo, las becarias no suelen asociar la transferencia con su estatus escolar y utilizan ese recurso para gastos domésticos, ropa, calzado, pequeños negocios o en la educación de sus hijos:

“Debido a las condiciones económicas en que habita la mayoría de las beneficiarias, el dinero de la beca no lo gastan en su educación, sino para cubrir necesidades de alimentación, vestido, vivienda, entre otros”.

Mejoras al programa

En un contexto de crisis, Coneval advierte sobre la necesidad de fortalecer las estrategias de enseñanza a distancia para mejorar el acceso a la educación formal de calidad de las adolescentes madres y embarazadas, así como la estrategia de difusión y los procesos de selección.

Con base en los resultados de su análisis, recomendó hacer los siguientes ajustes al programa:

  • Revisión y, en su caso, determinación de un monto pertinente de la beca asociado a las condiciones y necesidades de las adolescentes madres y embarazadas.
  • Extender el apoyo hasta terminar, al menos, la educación media superior.
  • Definir una periodicidad clara y constante respecto a las fechas para el otorgamiento de las becas y agilizar los esquemas para su entrega.
  • Fortalecer el conocimiento y familiarización en los diferentes subsistemas de educación básica con el PROMAJOVEN, sus objetivos y su población objetivo, con el propósito de mejorar el acceso a la beca de las adolescentes que cumplan con las características para ser beneficiarias del apoyo.

Lee el documento completo en:

Exploratorio_PROMAJOVEN

Ve también: CANAL ONCE | “La salud mental de los jóvenes”, con Ma. Elena Medina Mora

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