Escrito por 1:00 pm Salud

Más de 500 mil personas mueren al año por consumo de grasas trans

grasas trans

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el consumo de grasas trans de producción industrial provoca a nivel mundial unas 500 mil muertes al año por cardiopatías coronarias. Pese a ello, 11 de los 15 países con más muertes por esta causa aún no adoptan medidas para eliminarlas.

México forma parte de los 15 países donde se registran dos tercios de las muertes de todo el mundo vinculadas a la ingesta de grasas trans. Nuestro país también está entre las 11 naciones que todavía tienen pendiente la adopción de medidas urgentes, junto a Azerbaiyán, Bangladesh, Bhután, Ecuador, Egipto, India, Irán, México, Nepal, Pakistán y República de Corea.

En contraste, los otros cuatro países con más muertes por esta causa, Canadá, Eslovenia, Estados Unidos de América y Letonia, sí han aplicado desde 2017 normativas recomendadas por la OMS para establecer límites obligatorios del 2% en el contenido de aceites y grasas de los alimentos o prohibir los aceites parcialmente hidrogenados. 

La OMS informó que 58 países tienen actualmente legislaciones que protegen a 3,200 millones de personas de las grasas trans.

Sin embargo, más de 100 países no han llevado a cabo ninguna medida, pese a que ya tiene dos años la iniciativa de erradicar las grasas trans del suministro mundial de alimentos. El objetivo es eliminarlas para el año 2023.

«Debemos hacer todo lo que podamos para proteger la salud de las personas. Ello incluye la adopción de todas las medidas posibles para prevenir las enfermedades no transmisibles que pueden hacer que las personas sean más susceptibles al coronavirus y provocar muertes prematuras », señaló al respecto Tedros Adhanom, director general de la OMS.

Progresos que salvan vidas

En 2019, la Unión Europea aprobó una normativa basada en las prácticas óptimas, y los 35 países que integran la Región de las Américas de la OMS/Organización Panamericana de la Salud aprobaron por unanimidad un plan de acción regional para eliminar a más tardar en 2025 las grasas trans de producción industrial. En conjunto, esas dos iniciativas regionales pueden proteger en más de 50 países a otros 1000 millones de personas que no estaban previamente protegidas por los reglamentos contra las grasas trans. 

«Lograr que los alimentos no contengan grasas trans, salva vidas y ahorra dinero, y al prevenir los ataques cardíacos, se reduce la carga sobre los centros de atención de salud», ha señalado sobre el tema Tom Frieden, director ejecutivo de Resolve to Save Lives. 

Pese a los progresos alentadores, persisten importantes disparidades en la cobertura normativa según la región y el nivel de ingreso de los países. Hasta la fecha, la mayoría de las medidas normativas, incluidas las aprobadas en 2019 y 2020, se han adoptado en los países de ingreso alto y en la Regiones de la OMS de las Américas y Europa. Se han adoptado políticas que se ajustan a las prácticas óptimas en siete países de ingreso medio alto y 33 países de ingreso alto; de momento ningún país de ingreso bajo o de ingreso mediano bajo ha seguido el ejemplo. 

Grasas trans, un peligro para la salud

De acuerdo con la OMS, las grasas trans de producción industrial se encuentran en grasas vegetales solidificadas, como la margarina y el ghee, y por lo general están presentes en alimentos horneados y fritos. Los fabricantes las usan porque se conservan durante más tiempo y son más baratas que otras grasas.

Sin embargo, son dañinas para la salud y existen alternativas más saludables que no afectan al sabor ni al costo de los alimentos. Por eso, la Organización recomienda que su ingesta se limite a menos del 1% de la ingesta calórica total, es decir, menos de 2.2 gramos al día, en un régimen alimenticio de 2,000 calorías.

Estas son las recomendaciones de la OMS para cumplir con el objetivo de erradicar su uso para 2023:

  • Elaboren y apliquen políticas basadas en las mejores prácticas a fin de establecer para las grasas trans de producción industrial límites obligatorios del 2% en el contenido de aceites y grasas de todos los alimentos o que prohiban los aceites parcialmente hidrogenados.
  • Inviertan en mecanismos de seguimiento, por ejemplo: capacidad de laboratorio para medir y controlar el contenido de grasas trans en los alimentos; y
  • Promuevan reglamentos regionales o subregionales con el fin de expandir los beneficios de las políticas sobre las grasas trans. 

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